El diseño web es puro cuento

1. Cree en un maestro (Poe, Maupassant, Kipling, Chejov) como en Dios mismo.

Un maestro enseña, ya sea con sus palabras o con sus ejemplos. A través de sitios como awwwards.com podemos conocer los proyectos más innovadores del momento que están marcando los paradigmas actuales del diseño web y a los diseñadores responsables de crear verdaderos universos visuales interactivos.

2. Cree que el arte de tu maestro es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.

El valor de las referencias no pasa por intentar hacer que nuestros proyectos luzcan similares a ellas sino por la comprensión de los recursos que allí son utilizados. Esto es lo que nos ayudará a ampliar nuestro propio abanico de recursos y poder encontrar las soluciones que cada proyecto requiere.

3. Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia.

Si bien como diseñadores siempre buscamos innovar y encontrar un estilo propio, en el diseño web debemos ser pragmáticos, ya que una parte muy importante de su cometido pasa por la funcionalidad y la experiencia que tendrán los usuarios. Debemos asumir que una parte del camino ya fue resuelta por otros. Sin embargo, la innovación probablemente llegue sin que lo notemos al buscar soluciones en las situaciones particulares, sean visuales o funcionales, que nos plantea cada proyecto.

4. Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.

Al igual que en las relaciones, los detalles son los que hacen la diferencia, los que hacen que cada experiencia sea única, y alcanzar esto debe ser nuestro principal objetivo. Los detalles son los que lograrán que un sitio web además de ser funcional sea capaz de captar la atención del usuario al instante y brindarle la experiencia deseada.

5. No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.

El diseño de un sitio web es el resultado de un proceso que consta de varias etapas ordenadas que hacen posible alcanzar los objetivos deseados. Como sucede con las partes de un cuento, todas las etapas del desarrollo de un sitio son importantes, desde el brief inicial, hasta la comprobación de su correcto funcionamiento durante el testeo con los usuarios, pasando por el desarrollo de los wireframes, el análisis de flujos de usuario y las soluciones visuales aplicadas en el prototipo.

6. Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: “Desde el río soplaba el viento frío”, no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.

Del mismo modo, como diseñadores visuales, al trabajar en un sitio web podemos vernos tentados a adornar los elementos que lo componen, corriendo el riesgo de complejizar la experiencia de navegación.
La simpleza en el sitio es el equivalente a una comunicación directa y fácil de comprender.

7. No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.

No importa qué tanto nos esforcemos en dirigir al usuario hacia una sección, botón, o funcionalidad, si ésta no forma parte de sus intereses no tendrá un atractivo natural para él. Por más que despleguemos todo un abanico de recursos gráficos para intentar captar su atención no podremos modificar sus intereses. El propósito es hallar qué es lo que el usuario necesita y dárselo de la forma más efectiva.

8. Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.

Es importante diseñar el camino que el usuario realizará. Guiarlo a través de las diferentes funcionalidades del sitio y sus flujos, haciendo que la navegación sea intuitiva y evitando todo aquello que no le aporte valor real a la experiencia. De nada sirve agregar detalles que complejizan al diseño si se apartan de lo que el usuario espera encontrar allí.

9. No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino.

Todos los proyectos nos despiertan diferentes emociones que nacen y se nutren de sus propias particularidades. Ser capaces de rescatarlas y traducirlas a conceptos nos permitirá tomar de manera acertada las pequeñas decisiones que solucionarán los problemas de diseño que surgieron a lo largo del proyecto.

10. No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.

Un sitio web no se diseña pensando en que será utilizado por todo el mundo sino que siempre estará destinado a un tipo de usuario bien determinado, con sus características de comportamiento y sus particularidades. Debemos hacer uso de todas las herramientas que nos brinda el diseño UX para poder ponernos en los zapatos del usuario y así alcanzar todos los objetivos propuestos.